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Temas Hípicos. El problema de tendones en los caballos y cómo tratarlos

Óscar Hernández

Los problemas de los tendones en los caballos siempre preocupan mucho.

 

Uno de los grandes problemas que aquejan a los caballos y son frecuentes, son los tendones. La tendinitis se produce sobre todo durante el ejercicio. La tendinitis suele estar causada por una fatiga excesiva debida a un trabajo excesivo, repetido o inusual, según afirman los veterinarios. Le ofrecemos este interesante artículo relacionado a los tendones en los caballos.

Los tendones del caballo

Por la Dra. Caroline Smith

Las lesiones de los tendones en los caballos pueden suponer un proceso largo, tedioso y, en ocasiones, frustrante. La mejor manera de tratar estas lesiones es el realizar un buen manejo para prevenirlas y limitar el daño producido en el caso de que ya exista alguna.

Algunas aparecen de forma súbita y sin previo aviso, pero hay otras en las que una pequeña cojera, inflamación o descenso del rendimiento las precede.

¿QUÉ SON LOS TENDONES?

Definimos tendón cómo un cordón fibroso de tejido conectivo que une el músculo al hueso o al cartílago. Los tendones se componen de fibras de colágeno. El colágeno es una estructura proteica que podemos encontrar también en otras zonas del cuerpo como en la piel.

 

La diferencia entre el colágeno que se encuentra en la piel y el de los tendones es la organización de las fibras. Las fibras de la piel están desorganizadas dando así un tejido muy elástico y frágil. El tendón es un tejido más fuerte y con una gran resistencia a la tracción. Esto se debe a que las fibras se encuentran de forma paralela y con una unión muy estrecha entre ellas.

En el sistema músculo-esquelético del caballo existen una gran cantidad de tendones, pero son los que transcurren por detrás de la caña los que tienen mayor tendencia a lesionarse.

Estos son el flexor digital superficial y el flexor digital profundo.

Cuando los músculos de la parte superior de la extremidad se contraen hacen que estos dos tendones flexionen la extremidad. Estas estructuras sufren un gran estrés cuando el caballo galopa, salta o realiza cualquier giro repentino.

¿POR QUÉ TARDAN LOS TENDONES EN RECUPERARSE DE UNA LESIÓN?

Los tendones tardan mucho más en regenerarse que, por ejemplo, la piel. Esto se debe a que, aunque ambos estén formados por colágeno, la posición de las fibras y la fuerza que soportan es diferente. La mayoría de las veces, durante el trabajo diario, en el tendón se producen microrroturas que son reparadas por unas células llamadas fibroblastos. La lesión grave se produce cuando el daño supera la capacidad de regeneración de estas células. A esto, también se le suma que la irrigación venosa de los tendones es pobre, haciéndose más difícil la cicatrización del tejido.

Tendones-partes

El tiempo de curación de un tendón depende de muchos factores. El manejo del caballo y la edad de éste, son decisivos en la resolución de la lesión siendo más largo este periodo en un animal mayor que en uno joven.

Debemos tener en cuenta que no siempre estas lesiones se resuelven de la manera correcta ya que el tejido cicatricial formado no es igual que el tejido primario del tendón. Las nuevas fibras de colágeno suelen posicionarse de una forma desorganizada. Al colocarse de esta forma, se crea un tejido menos resistente y que tiene una mayor probabilidad de volver a romperse.

TRATAMIENTO

En caso de lesión tendinosa las fases que se siguen, siempre y cuando el veterinario lo recomiende, son:

1.    Enfriar la zona

Al producirse la lesión aumenta la irrigación de la zona produciéndose inflamación, calor y dolor que pueden empeorar el daño en el tejido. Para conseguir reducir el proceso inflamatorio el primer paso será enfriar la zona lesionada. Se puede conseguir mediante la aplicación de agua fría. Una forma de optimizar la terapia de frío es mediante el uso de protectores de frío que consiguen que éste se centre en la zona de los tendones y sea constante.

Los protectores ICE-VIBE usan la vibración y el frío para tratar las lesiones tendinosas. Disminuyen el flujo sanguíneo de la zona reduciendo la inflamación, mientras que el movimiento creado realiza un masaje que estimula la circulación del sistema linfático para eliminar las toxinas resultantes de la respuesta inflamatoria.

2.    Vendaje

Se deberá vendar la zona de la caña para dar soporte a los tendones. Se usará un paño grueso situado debajo de la venda para conseguir que sea lo más acolchado posible. Bajo este vendaje se podrán aplicar en la zona afectada geles que disminuirán la inflamación y seguirán enfriando la zona. Un ejemplo de estos geles es el TENDILEG GEL. Este gel, a base de aceites esenciales, ácido hialurónico y ácido silicio ayuda a calmar el dolor, reducir la inflamación y ayuda a la renovación celular.

3.    Medicación

El veterinario, tras la exploración del animal, administrará al caballo una serie de medicamentos. Los Antiinflamatorios No Esteroideos o AINES disminuirán el proceso inflamatorio y el dolor.

Por otro lado, también se podrán administrar por vía oral suplementos a base de metilsulfonilmetano (MSM). El MSM Power Pure de TRM está formulado para la regeneración y curación de las estructuras formadas por tejido conectivo, como es el caso de los tendones. Su administración junto con el alimento ayudará a reducir el tiempo de recuperación de la lesión.

4.    Confinamiento y Rehabilitación

Para obtener una mejor recuperación del tejido, el animal deberá seguir un programa de rehabilitación. Este programa lo establecerá su veterinario y será el que mejor se ajuste a la lesión sufrida. En la mayoría de los casos, al comienzo de la lesión, es recomendable un descanso estricto del caballo junto con la terapia de frío.  Semana tras semana se irá aumentando el nivel del trabajo hasta conseguir el nivel en el que se encontraba antes de la lesión. El veterinario realizará ecografías diagnósticas para evaluar la evolución de la lesión.

PREVENCIÓN

Como se ha comentado al principio, el mejor tratamiento para las lesiones tendinosas es la prevención de las mismas o su pronta detección. Al principio del entrenamiento es muy importante realizar ejercicios de calentamiento para aumentar la elasticidad del tejido y minimizar la rotura de las fibras tendinosas. Durante el ejercicio los tendones aumentan su temperatura entre 6 y 8 grados. Subidas repentinas e intermitentes de esta temperatura por no haber realizado un calentamiento correcto pueden provocar la rotura de las fibras del tendón y una posterior rotura más grave. Durante el trabajo el uso de protectores o vendas está muy recomendado ya que ayudan a calentar la zona de una forma más rápida y uniforme.

Una vez finalizada la sesión de entrenamiento o el trabajo diario deberemos revisar los tendones de nuestro caballo buscando puntos de dolor o sitios donde la sensibilidad aumente. Este examen se realizará con la extremidad tanto apoyada en el suelo como flexionada. Tras este paso, comenzaremos a bajar la temperatura de los tendones.

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